El otro día fui al urólogo
a realizarme un tacto rectal
metió el dedo con ternura
y sentí crecer mi pasión.
Le di un besito en el cuello:
me llamó ofendido maricón.
Como vivo solo, me compré
un robot humanoide, genial,
le parecia al Antoñito Banderas.
En un sábado de furor
unos vinitos comenzamos a tomar,
fui a meterle mano
y me hizo una llave al estilo Sandokan
debía ser homófobo su programador.
...Aquel balín
calibre cuarenta y dos
despues de penetrarme
de forma salvaje
me destrozó el corazón.
Yo les pregunto amigos,
con estos antecedentes y otros más
¿cómo uno va a creer en el amor?
1 comentario:
ja ja ja ja ja...
no he parado de reirme...
esto es unico...
estas loco, me encastas!!!
Publicar un comentario