El brazo incorrupto de santa teresa

En estos tiempos que deprisa corren
con tanta crisis y colesterol
debemos encontrar soluciones
que nos permitan salir del error.

Como la técnica se ha desvelado
bastante inútil para el socavón
yo voy a sugerirles, con permiso,
que apelen a los santos con devoción.

Nada mejor que desenterrar
y realojar en bellos relicarios
esternones y omóplatos famosos
por sus milagros y acciones.

Suficientemente canonizado
y santificado el brazo incorrupto
de la pacífica Santa Teresa
para hacernos superar este susto.

Mi abuelo Roger, animal ateo,
tenía el don de saberse proteger
y me decía que no se condenaría
solo por un problema de objeción.

Así que compró a un buen ladrón
un trozo incorrupto de la Santa
y por aquello de la tradición
se hizo un colgantito con el susodicho.

De la crisis no sé si fue tirando
lo que sí notó es una fuerte erección
cada vez que lo chupaba
salir e ir tirando millas era una acción.

Yo que, para estas cosas, siempre he sido
bastante escéptico; por guardar
de mi abuelo la tradición
me encomendé a los santos
y de un bocado me tragué el salazón.
No quieran saber que situación
pues aquello subió y subió.

El problema, me dijo un cura,
era solo de intención
si hubiera pensado en la plata
tendría en la cuenta más de un millón.

Roger Nelson

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