El disparo fue certero...

El disparo fue certero
la bala se iba acercando,
sin apenas titubear
sintiendo seguro el blanco.
Atento a lo que pasaba
el negro estaba sentado,
riendo, en la mesa de enfrente
mientras que yo, siendo el blanco,
no me enteraba de nada
tal como estaba mirando
a mi vecina, sus piernas,
la cerveza degustando.
En la barra de aquel bar
disparó cual condenado,
lacerando mis tejidos,
la bala fue penetrando
sin miramiento ninguno,
mi pellejo desgarrando,
abriéndose paso entre
las venas y saqueando
grosera mis entresijos.
Y no estaba equivocado,
aquella vil situación
miedoso había soñado
ha tiempo en mi habitación.
Como de Mondrián un cuadro
un rojo intenso impregnaba
mi camisa. Y unas manos
al flotador se agarraban
de un desatinado barco
que se hundía entre estertores.
Hecho un imbécil, mirando
como el negro magreaba
a la vecina sin tacto
yo me veía muriendo
y la risa simulando.

Mi esposa siempre sagaz
al final tendrá razón
del despiste. Fui de viaje
a la muerte. Me prendió
sin llevarme las pastillas
para mi colesterol .

Delirium

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