Karol "la mosca"

Todos saben de mi pasión
por las moscas,
tengo varias en adopción
desde hace años
y, francamente, estoy
contento con ellas.

Todos los días las saco de paseo
para que estiren sus alas,
hagan sus necesidades
y se relacionen con sus congéneres
(es muy importante socializar,
me dijo el veterinario).

Comen de lo que hay en la mesa,
no me piden ningún capricho
extraordinario
y yo, a cambio, les pongo
cartuchitos de miel.

Desde que las mantengo
contemplo la vida
de una forma distinta.
A través de sus mil ojos
soy capaz de captar diversos matices
que encierra este mundo.
Me siento bien
y hago mejor la digestión.

En el tema sexual tampoco nos va mal.
Se pasean golosas por mi frenillo
y sus incansables lenguas
generan en mi persona delicias
difíciles de rememorar
(además de no querer
despertar muchas envidias
en mis allegados).

Karol, la más enamoradiza
me ha pedido en matrimonio.
Francamente,
su comportamiento me confunde
porque entiendo que no soy un tipo fiel
ni del todo decente.

La conocí en un festival de Woodstock.
Jimi Hendrix atacaba "Machine Gun"
y su cuerpo se desgañitaba
al ritmo de la guitarra…
el purito de maría hizo el resto.

Lo que más nos une a todos
es la pasión por los excrementos
de este mundo:
tabernas y lupanares,
museos,
libros de poemas…

ellas se encargan de limpiarlo todo,
de consumir y eliminar los cadáveres
que hacen muy pesada mi vida.

Delirium

No hay comentarios: