santa maría
que vienes a decir:
sí,
te sigo esperando
príncipe de la luz.
cuerpo bendito,
¿podrás abrir
el sarcófago
de tus locuras
a otros delirios
sin mentir?
en tu caliz
de pasión,
¿podría
beber el licor
de tus sagrados veneros
y luego morir,
aunque
quizás yo no quiera?
santa maría,
cada uno de tus estigmas,
como agujas de rosa,
me dolerán más
hasta nacerme libre.
cuerpo bendito,
los ungüentos
a mi herida
son lo que
mis labios a tu hiel.
Roger Nelson
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